jueves, 21 de enero de 2016

RESEÑA - LA ESPADA DEL DESTINO, SAGA GERALT DE RIVIA 2, A. SAPKOWSKI



Geral, Geral, Geralt…volvemos a encontrarnos y puedo decir, que con mucho gusto.

La Espada del Destino es la continuación de las andanzas de nuestro brujo favorito, Geralt de Rivia, después de que le conociéramos en El Último Deseo (su reseña aquí). Sapkowski vuelve con una nueva entrega repitiendo el sistema que tan buen resultado le dio en la primera obra de la saga.
La Espada del Destino, que como la primera y el resto de las novelas de la saga, ha reeditado Artifex en una edición impresionante, está compuesta por seis relatos con una relación no argumental entre ellos. Es una novela independiente y aunque se entienda mejor habiendo conocido a Geralt en El Último Deseo, no considero que sea indispensable para disfrutar de la maravilla que es La Espada del Destino.


Sobre su sinopsis hay poco que decir ya que cada relato nos narra acontecimientos distintos, pero valga decir que empieza con la búsqueda de un dragón (de ahí la portada), y sigue una estela de tramas ordenada cronológicamente. También me gustaría destacar la gran labor en la traducción de José María Faraldo, que no ha debido ser nada fácil.

Como ya dije durante la reseña de El Último Deseo, aunque Geralt es un brujo y mate monstruos, no son estos el eje del libro. Geralt nos sirve de espejo para ver dentro del ser humano, con sus egos y avaricias, y lo hace en todo su esplendor, sin medias tintas ni idealismos. Los monstruos son monstruos porque así lo consideramos nosotros, nada más, y Geralt lo dice varias veces durante la obra. La vena ecologista se ve de nuevo e incluso en mayor medida, en personajes como el hechicero Dorregaray, que defienden con vehemencia que se debe proteger a estas criaturas de la extinción. Es una reflexión muy interesante que prácticamente no se ve en otras obras del género y añade un valor más a la creación de Sapkowski.

El tono es el mismo al que el autor nos tiene acostumbrados, con el tono ácido y cínico de Geralt en contrapartida con el resto de personajes, aunque muchos de ellos también acaban mostrando ese toque de humor negro y pragmatismo tan alejado del cuento de hadas. Así, veremos a Geralt hablar con hechiceros, monstruos o reyes, y encontramos más similitudes que diferencias entre ellos.

Sin embargo, pese a que la premisa es básicamente la misma, La Espada del Destino difiere en varias cosas con su predecesor. El componente dramático está mucho más acentuado aquí, siendo en ocasiones hilo conductor al enredarse tanto en la historia de Geralt como en la de los secundarios. Pero no hay que confundir esta presencia de drama con una disminución del ritmo ni de la acción, pues sigue habiendo en grandes cantidades, es solo que Sapkowski parece querer centrar nuestra atención sobre las consecuencias que tiene cada acto, incluso los que se hacen con la mejor intención. Geralt es un brujo pero no es inmune a esto, por mucho que se empeñe en negar sus sentimientos, lo que a su vez prueba que los tiene.

Hay drama sí, y gran parte de él se destila en forma de dos historias de amor tan diferentes como retroalimentadas entre sí. La primera – y no desvelo nada que no sepamos – tiene que ver con su relación con Yennefer. La hechicera sigue siendo una secundaria de lujo y me ha gustado más su aparición en este segundo volumen (después de leer el relato de “Esquirlas de Hielo” tendrás ganas de tener un Milano y no necesitarlo nunca). La relación amorosa con Yennefer se intensifica y aumenta de forma considerable, permitiéndonos explorar esa parte de Geralt tan diferente de lo que nos suele mostrar, entenderemos mejor el trasfondo de esa relación y llegaremos a sentir un manojo de sensaciones contradictorias tanto hacia Geralt como hacia Yennefer.



La segunda de las historias de amor tiene que ver con una guapa bardo apodada Ojazos, que muy hábilmente mostrará la otra cara de una relación amorosa. El tema del sacrificio, que toda relación necesita, está tratado con maestría y aunque se puede hacer menos interesante que la de Yennefer, sigue siendo excelente. Aunque es cierto que he de admitir que así como la historia sobre la hechicera funcionaría perfectamente en solitario, la de Ojazos no se sostendría sin el contrapunto de lo que ya sabemos sobre Geralt y Yennefer.

Entrando en el tema de los secundarios que rodean a Geralt de forma puntual o con mayor duración, tenemos que volver a mencionar a Jaskier, el bardo, y ¡buenas noticias! su protagonismo disminuye considerablemente comparado con el primer libro. Aparece, sí, y lo hace a menudo, pero pocas veces como la única voz que acompañe a Geralt lo que minimiza la pesadez de sus comentarios (en serio, no puedo con él). Además de la neutralización de Jaskier hay otra gran noticia en La Espada del Destino: la aparición de Ciri. Es aquí donde más necesitarás saber algo del primer libro, pues tiene cierta relación con uno de los relatos que se incluyen en El Último Deseo, si no lo has leído, al principio te extrañarás pero puedes deducir lo ocurrido por el contexto sin problemas. Ciri es ni más ni menos que el precio que Geralt impuso años atrás por un trabajo y su presencia es recurrente a lo largo del libro, ya sea como niña en apuros, princesa nombrada de pasada o núcleo de un relato. La pequeña Ciri – que te sacará de quicio en su primera aparición – y su relación con Geralt son el verdadero núcleo del libro y en el final entenderás por qué.

Es este final el que, con la maestría acostumbrada en Sapkowski, sirve para concluir el tema Ciri que tantos rodeos ha dado durante la obra y al mismo tiempo, para introducir la continuación de las aventuras de Geralt, pues se empieza a hablar de una oscura amenaza y vemos por fin un enemigo que parece que será el rival de Geralt en el resto de la saga. Ojo, no quiere decir esto que tengamos un final abierto, ni mucho menos, simplemente se introduce y queda flotando en la lejanía como una amenaza para los que se atrevan con el tercer volumen: La Sangre de los Elfos, el cual ya tengo en mi poder y espero reseñar pronto.

Por tanto, estamos ante una gran continuación, con elementos nuevos, que no pierde ni un ápice del atractivo de Geralt ni del mundo del que Sapkowski le rodea. Fantasía sin medias tintas, narrada con maestría y una promesa de que la historia de Geralt no ha hecho más que empezar.

¡Geralt ha vuelto y está aquí para quedarse!


- Caótico.


2 comentarios:

  1. ¡Holaaaa! Bueno una reseña muy completa jaja El primero no lo he leído pero si duda me llama la atención. La fantasía me encanta y si hay amor a mi me vuelve loca. Me resulta curioso que este libro sea en realidad relatos pero supongo que será mucho más ameno de esa forma. Me alegra ver que te ha encantado jajaja

    Un besito <3

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    Respuestas
    1. Hasta donde sé, los dos primeros son relatos y a partir del tercero ya hay una trama conjunta. Es un libro que recomiendo, sin duda, fantasía de la buena. El tema del amor no es para nada tratado de forma típica y a mí personalmente me ha encantado :D

      Gracias por comentar! ^^

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