jueves, 8 de diciembre de 2016

#RESEÑA - LOS HÉROES de J. Abercrombie



Autor: JOE ABERCROMBIE
Título: LOS HÉROES
Editorial: Alianza Editorial
Páginas: 882
Traducción: Raúl Sastre





Hagamos un ejercicio de imaginación. Piensa en el capítulo de los Bastardos de Juego de Tronos, añádele unos cuántos personajes tarados, cínicos, violentos y sarcásticos, mete un mago que no hace magia pero está en todas partes, y sangre suficiente para llenar una película de Tarantino. Lo mezclamos todo junto y lo que nos sale, será muy aproximado a lo que Joe Abercrombie hace con Los Héroes, con mucho, la mejor de sus novelas individuales y a mi juicio, por encima incluso de la trilogía de La Primera Ley.




Pero empecemos por el principio, Los Héroes nos cuenta la batalla decisiva de una guerra entre La Unión, con sus generales de postín, uniformes bien limpios  e ideales que son solo de papel, frente al Norte, tan unido como separado al mismo tiempo, repleto de salvajes más listos que el hambre y dedicados al sagrado arte de la guerra con alguna honrosa excepción. Los unos, capitaneados por toda un jerarquía de cargos nombrados a dedo a cada cual más inepto, y los otros, comandados por Dow el Negro, sucesor de Bethod por la vía menos diplomática posible.


En medio de toda esta batalla que se ha prolongado demasiado, se encuentra la ciudad de Osrung, y junto a ella la colina de Los Héroes, un círculo de piedra tan viejo que nadie sabe que representa pero que acabará siendo crucial en la batalla por su situación estratégica.




Gracias a la habilidad de Abercrombie para narrar batallas, pasaremos de un bando a otro sin sufrir mareos ni perdernos por el camino, y es que, aunque hay cuatro voces principales, la historia deja sitio para unos cuantos invitados de lujo que, aunque desconocidos y puntuales, añaden aún más riqueza al combate – mención especial al capítulo que narra una carnicería saltando de soldado en soldado según les va llegando la muerte, sencillamente soberbio - .
 En medio de todos estos secundarios más o menos anónimos, Abercrombie no podía dejar de lado a los viejos conocidos. Bayaz, el Primero de los Magos (y de los cabrones, no vamos a engañarnos) está siempre presente ya sea en persona o con su alargada sombra; también habrá espacio para el Sabueso, que ahora capitanea su propia docena luchando de parte de la Unión, se menciona de pasada a nuestro querido Rey de la Unión así como la Serpiente de Talins (ahorraré el spoiler del resto de novelas) y toda una lista de personajes que de un modo u otro han aparecido por el mundo de la Primera Ley. Mención aparte merece Caul Escalofríos, cuya figura se va agrandando con cada novela y que casi sin hablar protagoniza algunos de los mejores momentos de la novela.


Centrándonos en los protagonistas podemos resumirlos con la frase que luce la edición antigua, “Tres hombres, ningún héroe” aunque es justo añadirle una mujer, porque sí, Abercrombie demuestra que se puede tratar al género femenino con dignidad sin perder el realismo de época que le caracteriza, y, milagro, sin necesidad de darle una espada. Hay mujeres guerreras en el norte, por supuesto, y son grandes personajes, pero con Finree dan Brock, Abercrombie se ha puesto una medalla. Ejemplo de mujer fuerte sin ser guerrera, que no se presenta sexualizada salvo en las fantasías de Gorst y capaz de valerse por sí misma sin ayuda, es más, es su marido el que es incapaz de moverse sin ella. Es justo mencionar también al personaje de Wonderful, mujer norteña de armas tomar pero que en ningún momento es sexualizada, lo cual se agradece.

 
El Norte contra la Unión con los Héroes de fondo.


Aparte de la mencionada Finree dan Brock, tenemos a Gorst, al que ya conocíamos de la Primera Ley y que ha sido degradado a mero observador Real debido a sus errores durante los acontecimientos de La Mejor Venganza. Se trata de un hombre con una profunda depresión y cuyos desvaríos lejos de ser pesados, consiguen un contrapunto frente a la frialdad de otros personajes. Por el lado norteño tenemos a Calder, el más joven de los hijos de Bethod y todo lo contrario a lo que debería ser un hombre del norte. Abercrombie consigue magistralmente que un personaje que aborrecemos de otras novelas acabe por ganarse nuestra simpatía. Por último tenemos al joven Beck, ansiosos por hacerse un nombre a la altura del de su padre y que se llevará un golpe de realidad al ser reclutado y enviado a la docena de Craw, donde coincidirá con una retahíla de personajes a cada cual mejor, incluido el legendario Whirrum de Blight. Es en esta docena donde la historia gana peso y profundidad, demostrando que Abercrombie es mucho más que un estupendo narrador visceral.


El Señor del Grimdark pone la guinda a su colección de La Primera Ley con una novela ágil, tan oscura como siempre pero con mejores personajes que nunca. La corta línea temporal que apenas ocupa tres días, hace que los acontecimiento se precipiten desde el primer momento y juegue con la ilusión de que los pequeños actos tienen grandes consecuencias, porque al final, ni siquiera una guerra tan enorme tiene sentido. 

Gorst contra Whirrun



Hay quien dice que peca de excesiva violencia y crudeza, pero además de ser su marca de la casa, se debe ver más allá; cada diálogo tiene una lógica tan real que se puede aplicar a nuestro propio mundo, porque seamos sinceros, ¿dónde están los Héroes impolutos? Abercrombie no lo pinta todo negro, sencillamente, convierte los blancos en grises y deja que la oscuridad se quede donde está.


La única pega que le puedo poner es que Bayaz pierde carisma respecto a La Primera Ley, y eso se nota en sus capítulos donde a veces es superado por otros personajes, de hecho es mucho más efectivo cuando no aparece pero se nota su presencia.


Respecto a la edición, yo he optado por la vieja cuya portada sigue la línea de las de siempre pese a que hay una nueva por su aniversario. La inclusión de mapas detallados de la batalla es una auténtica gozada y aunque creo que el formato se podría mejorar, es más que correcto. La traducción corre a cargo de Raúl Sastre y apenas he notado alguna frase que sonara extraña, lo cual habla muy bien de su trabajo.


Lo dicho, larga vida a Joe Abercrombie y por el amor de dios, ¡tráiganme ya Filos Mortales!